Los potenciales del despertar

¡ Despierta tu Osiris interior!

En el relato modelo del Antiguo Egipto [en el capítulo anterior], Osiris, al principio, no estaba realmente muerto, sino que estaba en coma, es decir, en un estado de inconsciencia completa. La gente piensa que están despiertos y conscientes, pero no lo están. Para provocar la Esperanza [Horus], para hacerle manifestarse, tienen que resucitar a Osiris, tienen que sacarlo del coma. De este modo nuestras almas y espíritus y la esencia de la vida pueden pasar de este mundo a los estados de la creación más evolucionados, hacia la unión divina.

El egiptólogo británico, Sir E.A. Wallis Budge, lo resumió en la página vii de su libro, Osiris and the Egyptian Resurrection, vol. I, como sigue:

La figura central de la antigua religión egipcia era Osiris, y los principales fundamentos de su culto era la creencia en su divinidad, muerte, resurrección, y el control absoluto de los destinos de los cuerpos y las almas de los hombres. El punto central de la religión de cada uno de Osiris era su esperanza de la resurrección en un cuerpo transformado y de la inmortalidad, que sólo puede ser realizada por él a través de la muerte y resurrección de Osiris.

Todas las personas muertas se equiparaban/equiparan a Osiris, ya que Osiris es un principio cósmico, y no un personaje histórico. La religión egipcia era una religión inclusiva en la cual Osiris vive dentro de cada uno de nosotros, lo que facilitaba un entendimiento verdadero de quiénes somos y de quiénes de nosotros estaban destinados a convertirse.

El principio que hace que la vida nazca de la muerte aparente era y es el denominado Osiris, que simboliza la fuerza renacedora. Osiris representa el proceso, el crecimiento y los aspectos cíclicos subyacentes del universo.

Desde el período más antiguo de la historia del Antiguo Egipto, los egipcios creían que Osiris era de origen divino: en parte divino y en parte humano, que se había elevado desde la muerte sin haberse corrompido. Lo que se había hecho a sí mismo, podía realizarlo para el hombre. Como modelo, los antiguos egipcios creían que lo que hizo Osiris, lo podían hacer ellos. Debido a que él había vencido a la muerte, también los justos podían vencer a la muerte y alcanzar la vida eterna. Resucitarían y alcanzarían la vida eterna.

La obra egipcia Libro de las Cavernas habla acerca de la necesidad de morir y desintegrarse (de lo carnal y material), antes del nacimiento de lo espiritual.

Esto es repetido por el Jesús bíblico cuando dice,

Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, produce mucho fruto. [Juan 12, 24]

También Pablo se refiere al mismo principio en 1 Corintios 15, 36,

…lo que tú siembras no se vivifica, si no muere antes.

Otro ejemplo es el simbolismo bíblico del vino, que se atribue al Antiguo Egipto, donde las paredes de las tumbas muestran a vinateros prensando vino nuevo [según la escena de la tumba del Antiguo Egipto], y la elaboración del vino está en todas partes como una metáfora constante de los procesos espirituales y de los temas de transformación y poder interior.

En lugares en las caligrafías egipcias, el propio Osiris era caracterizado como el vino.

El alma, o la parte de dios dentro, causa la fermentación divina en el cuerpo de vida. Se desarrolla allí, como en el vino, mediante el sol del ser espiritual del hombre. La potencia fermentada del vino era, en su nivel espiritual más profundo, un símbolo de la presencia del dios encarnado dentro de la persona consciente espiritualmente.

[Extractos de Raíces del Cristianismo del Antiguo Egipto por Moustafa Gadalla]